Marca: J.F. Germain & Son
País de Origen: Jersey, Channel Islands, GB
Manufactura: J.F. Germain & Son
País de Producción: Jersey, Channel Islands, GB
Autor / Mezclador: Sin especificar.
Descripción Oficial: Denominado así por el año en que fue fundada la empresa, esta mezcla de latakia chipriota de primera calidad, orientales y virginias proporcionará un gran interés al pipafumador experimentado.
Tabacos Anunciados en la descripción: Latakia chipriota, Orientales y Virginias.
Aromas Anunciados en la descripción: No especificado.
Matices Anunciados en la descripción: No especificado.
Curación: Compuesta. Flue cured de los virginias, sun cured de los orientales y fire cured de la latakia
Corte: Ribbon.
Envasado: Clásica lata rectangular metálica cerrada en vacío parcial.
Disponibilidad: En tiendas online americanas y europeas, no se distribuye en estos momentos en España.
Fuerza / Nicotina: (3) No determinado. A mi parecer, medio.
Sabor / Cuerpo: (3) En la línea general de la mayoría de las mezclas inglesas, ésta entraría para mi gusto en el grupo de las medias – suaves.
Olor / Notas de Ambiente: (2) En la lata, el clásico olor de estas mezclas, sin ninguna característica especial. Al fumarlo, tampoco se diferencia mucho del resto de ellas.
Preparación: (5) Muy sencilla debido al corte en ribbon fino, requiere sin embargo un secado considerable antes de llenar el hornillo.
Encendido: (5) Muy sencillo y rápido, si el tabaco se ha cargado adecuadamente y con su punto justo de humedad.
Combustión: (5) Perfecta en las condiciones anteriores y en las pipas adecuadas.
Humedad: (2) Excesiva, como en muchas de las labores británicas, requiere un considerable período de aireado/secado para extraer todo su potencial en la fumada.
Numero aproximado de cargas fumadas pensando en la cata: Una lata y media.
Pipas utilizadas para la Cata: Varias Pete de brezo de distintos tamaños y proporciones de hornillo, una de espuma (una 303) y una morta.
Tabacos Detectados en la fumada: El conjunto típico de virginias sin apellido, eso que ahora llaman latakia chipriota y el no menos clásico potpourri de orientales.
Aromas Percibidos antes de la fumada: El homogéneo de una clásica mezcla inglesa en que no resulta fácil separar sus componentes.
Aromas Percibidos en la fumada: Virginias que parecen de buena calidad, pero muy matizados por el conjunto latakia-orientales que se superponen claramente a los primeros.
Matices Percibidos en la fumada: Poco cambiantes y complejos durante el desarrollo de la misma, corresponden con los aromas descritos pero, para mi gusto particular, sin llegar a sobresalir ninguno en ningún momento.
Análisis Olfativo, Visual y Táctil: Nada más abrir la lata nos sorprende el típico aroma de una mezcla inglesa de las de siempre, de la época en que no se buscaba destacar por ninguna característica diferenciadora, sino que únicamente se perseguía un producto de calidad.
No excesivamente fuerte, no excesivamente acre, no excesivamente dulzón, sin ketchup ni salsa barbacoa, y sin haber sido embodegado en toneles procedentes de centenarias destilerías o del tranporte desde las Indias de un cargamento de jengibre.
En definitiva, un aroma honesto de mezcla inglesa sin florituras.
El aspecto es asimismo clásico: hebras relativamente finas en que se mezclan los tonos marrones del virginia algo añejado junto con los orientales y los más obscuros de la latakia. El predominio es claramente de los primeros, siendo por tanto una mezcla de tono no demasiado obscuro. Nada nuevo tampoco en este campo.
Entre los dedos nos encontramos con una mezcla no demasiado prensada, fácil de deshacer, bastante húmeda en las dos latas que he tenido, y de tacto no excesivamente untuoso, que hace pensar que no contiene demasiado humectante.
Preparación de la Fumada: Evidentemente, lo primero es proceder al secado de la cantidad que pensemos emplear, lo que requiere varias horas de aireado sobre un papel si queremos que la mezcla quede algo seca, que para mi gusto es como mejor se saborean este tipo de tabacos.
Una vez logrado el punto deseado de humedad, la carga es sencillísima por cualquiera de los métodos que estemos acostumbrados a usar. Soy partidario de dejar la mezcla algo suelta, menos apretada que otras del mismo tipo, ya que en estas condiciones ha sido cuando más la he disfrutado.
Asimismo es una mezcla que (como la mayoría de las de este tipo) agradece hornillos amplios donde pueda desarrollarse la combustión con abundancia de oxígeno en todo momento y donde la carga poco apretada permita en distintos momentos de la fumada llegar a individualizar alguno de los tabacos.
Encendido, Combustión y Desarrollo de la Fumada: Una vez que hemos cargado la pipa, con el tabaco ligeramente seco y sin mucha presión, el encendido es muy sencillo y fácil, casi demasiado: ya he comentado que es una mezcla completamente amalgamada, y preferiría en esos momentos iniciales del primer encendido poder saborear por separado los distintos tabacos.
Sin embargo, a poco que nos descuidemos, tendremos encendida toda la superficie antes de habernos dado cuenta.
Pero bueno, a fin de cuentas es para lo que se supone que están hechas las mezclas…
Durante la fumada podemos darnos cuenta del porqué de la curiosa descripción de Mr. Germain: «…proporcionará un gran interés al pipafumador experimentado».
Si fumamos este tabaco sin preocuparnos, mientras hacemos otras cosas, charlamos o, simplemente, estamos enfrascados en la lectura, nos encontramos con una de tantas «english mixtures» similares que inundan el mercado, sin que lleguemos a saber cuál de ellas estamos fumando.
Si por el contrario ponemos toda nuestra atención en la fumada, hemos cargado la pipa adecuadamente, y sabemos luchar para mantener una mínima brasa danzando en la superficie sin que se nos pierda entre las cenizas, que hemos de ir retirando escrupulosamente… o sea, si somos «fumadores experimentados» según los requisitos de Mr. Germain, entonces sí que vamos a poder disfrutar de una sucesión de sabores y matices que son los que le pueden dar interés a esta mezcla. No es fácil.
A cambio tenemos un tabaco con una sensación totalmente natural, que si tiene aditivos los esconde a la perfección, en que el dulzor probablemente procedente de los virginias amortigua un tanto el tono predominantemente acre que podríamos esperar. Nos va a resultar difícil conseguir fumadas extraordinarias con él, pero no va a ser fácil que nos encontremos con ninguna decepcionante, a no ser que no hayamos seguido las normas lógicas.
Lo normal es que la fumada vaya avanzando sin sobresaltos, sin que notemos una diferencia apreciable entre las distintas fases aunque al final tal vez nos pueda resultar algo menos sabrosa.
Sólo hemos de procurar que no llegue a humedecerse la última parte de la carga, ya que entonces el sabor se convierte en bastante desagradable.
Si conseguimos llegar en buenas condiciones al final del hornillo, nos quedará una pequeña cantidad de ceniza gris, recuerdo de una fumada homogénea y agradable.
Fuerza: Media tirando a débil, se puede fumar en cualquier momento.
Sabor: Terroso, ahumado, levemente acre y con un fondo muy ligeramente dulce, es el que normalmente encontramos en las mezclas inglesas.
Notas de ambiente: No esperéis que hoy en día las mujeres se lancen a nuestros brazos mientras fumamos este tabaco: más bien intentarán huir o echarnos de casa.
Sin embargo, siempre he pensado que en su momento, a finales del siglo XIX y principios del XX, este tipo de mezclas debieron de ser un magnífico ambientador para las viviendas británicas, húmedas, mohosas e impregnadas de la carbonilla de la era industrial.
Pero ése es otro tema…
Evaluación y Consideraciones Finales: Como con la mayoría de los tabacos de esta casa que he probado, la primera sensación es de vuelta atrás en el túnel del tiempo de los pipafumadores. Aparentemente de calidad, honesto, sin recurrir a adornos innecesarios, pero que… tal vez hoy en día no sean tan innecesarios.
Cuando nos encontramos en una situación en que prácticamente podemos tener de hoy para mañana los productos de infinidad de marcas procedentes de infinidad de países ¿Qué es lo que nos hace elegir unas u otras?
Porque, a fin de cuentas, éste es el dilema que se me plantea al intentar resumir mis impresiones de este tabaco.
¿Me parece bueno? Sí, muy bueno.
¿Lo fumaría con agrado una y otra vez? Sí… si no hubiera otros.
¿Cambiaría la mezcla añadiéndole o quitándole algo? Ni se me ocurriría, creo que es perfecta tal y como la han hecho.
¿Entonces?
Pues… no lo sé, tal vez le falte personalidad o tal vez la perfección, después de todo, no sea tan divertida.
En cualquier caso es un tabaco que la única fumada mala que me ha dado ha sido a base de forzar su combustión para probar cómo se comportaba, que en casi dos latas, 30 fumadas, únicamente me ha proporcionado dos sobresalientes, siendo el resto buenas fumadas sin complicaciones. Es más o menos lo que me sucede con el Commonwealth de SG, con el que le encuentro muchas similitudes.
¿Volvería a comprarlo? Es muy posible que no, teniendo en cuenta de que dentro de su estilo los hay que me gustan más y que son más fáciles de encontrar, pero desde luego me alegro de que siga existiendo. Porque, aunque no sea lo que deseamos que sea nuestra mezcla inglesa favorita, es indudable que estamos ante el paradigma de la mezcla inglesa.
Cata realizada por Erardo en el Pipaforo (Septiembre 2014)