Las dos Latakias

Desde la sección Articulos y Ensayos de la web de Gregory Pease, comparto con los amigos
«pipaforeros» mi libre traducción de este articulo.

El autor, después de una descripción detallada de las distintas calidades y afinidades de los dos tabacos, se adentra en el mundo de las creación de mezclas, noble arte al que nunca me he medido, hasta ahora.


Un relato sobre los dos Latakia


Este articulo fue originariamente escrito Pipe Friendly Magazine, que cesó su actividad en algun momento de 1998. Mucho ha sucedido desde su publicación, la incluyendo la perdida, de nuevo, del Latakia Siriano, el descubrimiento de buenas escoltas de ese maravilloso tabaco y la sucesiva destrucción de las mismas en un trágico incendio ocurrido en nuestras bodegas. Las mezclas han venido y se han ido, pero el mundo continua a girar.


Introducción


Durante muchos años, el Latakia Siriano ha sido prácticamente imposible de obtener. Hemos escuchado muchos lamentos sobre el fallecimiento de estas nobles hojas, a menudo acompañados por una sensación de que sí el Latakia Siriano todavía estaba disponible y de repente todo volvería a estar bien en el mundo de los tabacos. Sin embargo, este engaño no se limita ciertamente a la Señora Nicotina. En nuestra búsqueda de una mezcla de los antiguos tiempos, a veces parecemos perder de vista el hecho de que las cosas del pasado a menudo se vuelven más preciosas, una vez que ya no están disponibles para nosotros. (Esta es una de las tragedias del Arte, un artista rara vez es plenamente reconocido, económicamente, por su talento hasta su muerte, que nos asegura que no hay más de su obra en producción, por lo que su labor se torna preciada cuando antes era solo reconocida y en algunos caso, parecía un tanto extraña).


En nuestro duelo colectivo por la ausencia del sagrado Sirio, es fácil dar por sentado lo que tenemos. ¿Que pasa con las finas hojas de Chipre? Con el Latakia Siriano siempre más perdido en el camino hacia nuestras pipas, tal vez sea un buen momento para examinar brevemente el mundo del Latakia, en general. Echando una mirada más de cerca, cada tipo nos ofrece la oportunidad de adquirir una nueva perspectiva de las dos variedades de estas maravillosas hojas.


Características de la Latakia


Aun que el original Latakia Siriano, un ingrediente necesario en muchas de las mezclas clásicas de antaño, y la hojas Chipriotas comparten el nombre y la técnica de curación, estos dos tabacos son muy distantes entre si, cada uno de ellos con sus cualidades únicas y con muy diferentes personalidades.


El Latakia Siriano es producido a partir de hojas largas y estrechas de la planta conocida como Shekk-el-Bint. Después de su cosecha, las hoja se secan al sol, luego se cuelgan en los establos encima de fuertes fuegos de hierbas y maderas, que les imparten ese característico aroma ahumado y ese sabor peculiar. Shekk-el-Bint es un tabaco fuerte, que posee generosas dosis de nicotina, parcialmente responsables de su robusto cuerpo al fumarse. Después del largo proceso de curación, las hojas adquieren un profundo color caoba/marrón, con un aroma acre y ligeramente ácido, que recuerda el de las fogatas de maderas encontradas en la playa. Su sabor muy firme, especiado y un poco picante, tal vez hasta se podría considerar áspero, fácilmente puede dominar una mezcla si se utiliza en gran medida, prevaliendo sobre todo tabaco menos el Virginia más robusto. En pequeñas cantidades, comparte matices con sus pares, en grandes cantidades, predomina demasiado. Fumado puro, se convierte francamente en un dictador, su carga sensorial se produce rápidamente y su regusto amargo perdura en la lengua por bastante tiempo. También produce una sensación de que el techo este flotando para los que no están acostumbrados o no toleran esas altas dosis de nicotina.

Su primo, el Latakia Chipriota, procede desde la isla en el otro lado del Mediterráneo y comienza su vida como una planta de pequeñas hojas llamada Esmirna [Smyrna], o de la variedad Izmir. Se trata de un tabaco originario de Turquía ahora predominantemente sembrado en Chipre, con un contenido de nicotina menor y conocido por su sabor delicadamente dulce y por sus excelentes características de combustión. La hojas cosechadas se curan al aire en los talleres y luego son fumigadas de forma similar al Latakia Siriano. El producto final es casi negro, con un aroma más oscuro y profundo que el homologo Siriano. Su sabor, en comparación, se presenta menos picante y su ahumado es menos redondo y especifico. Su dulzor no es tan notable como el de un Virginia madurado, pero es un poco más astuto, como llegando desde la oscuridad. Aun que es más gentil que el Siriano en su naturaleza, el Latakia Chipriota puede cubrir y hasta abrumar un tabaco más delicado que le ponga a su lado, si se utiliza en gran medida. Una sobrecarga sensorial, similar al de la variedad siria, se produce cuando el Chipriota es fumado puro, sin efectos especiales de Hollywood como los techos flotantes de antes, aunque su sabor es algo más efímero.

Cada uno de estos tabacos proporciona un color distinto y único en la paleta de un mezclador, y con la larga ausencia del Latakia Siriano, muchos colores del espectro de las mezclas de estilo inglés han desaparecido. Que el suministro de Latakia Siriano haya vuelto a aparecer, es una excelente noticia para los amantes de estos tabacos sofisticados, ya que expande y extiende el abanico de posibilidades para la creación de nuevas mezclas, que al mismo tiempo ofrezcan la oportunidad de revivir tal vez algunos de los clásicos del pasado.

Creando mezclas con Latakia  

Mezclar es una labor de equilibrio; aunque las directrices se pueden inventar, no hay reglas fijas. Se debe tener en cuenta la fuerza y la profundidad de cada tabaco, tomado individualmente , junto con el resultado final que el mezclador esta buscando. Los porcentajes indicados en los párrafos siguientes solo sirven como un punto practico de referencia. Cada fumador reacción individualmente a los distintos componentes de una receta, pero, en una mezcla bien ejecutada, cada ingrediente debe combinar armónicamente, dando lugar a un conjunto que resulta ser mucho más de la suma de sus partes.

Si el Latakia Chipriota se puede comparar a un fino Porto añejado, el Siriano podría ser comparado con un seco Sherry Fino. Por esta razón, a estos dos tabacos se le debe dar un manejo muy distinto al crear una mezcla. Latakia de cualquier de los dos tipos pueden ser detectados en una mezcla en cantidades tan diminutas como un 3%, y a partir de un 5% sus presencia es inconfundible. Más allá de estas pequeñas porciones, empiezan a hinchar sus plumas.

Cuando la cantidad de hojas chipriotas se acerca al 10%, su profundos, únicos sabores dulces cobran vida y su carácter se desarrolla continuamente hasta un nivel al rededor del 40/50%, momento en el que el Latakia prácticamente cubre con su sombra cualquier otro tipo de tabaco en una mezcla, el resultado es una perdida de matices y complejidad que se traduce en una experiencia bastante mono-dimensional al fumar. Ciertamente, hay mezclas que contienen más del 50% de Latakia Chipriota y estas son disfrutadas por muchos fumadores, atraídos más por la Latakia Experience que por cualquier otra alusión a la sutileza.

Debido a su dulzura, el Latakia Chipriota combina a la perfección, en medidas moderadas, con los Virginia, aumentando la complejidad de una mezcla, adicionando mas cuerpo y un sabor característico y ahumado. La combinación de hojas de Chipriota a los tabacos Orientales es quizás la que más cuidado necesita a la hora de emplearse. Debidos a su delicadeza, esos tabacos turcos son fácilmente dominados por los sabores más intensos del latakia. Mientras que una mano delicada es recompensada por una mezcla de sutileza sublime, un toque pesado es como ponerles demasiadas guindillas a una salsa, una experiencia que no se olvida pronto, en todos los sentidos que queramos darles a esta ultima definición.

El carácter del Latakia Siriano, tal como el alcohol en un vino reservado, comienza a emerger completamente entre el 10-12% y aumenta su voz hasta llegar a ser absolutamente dominante acercándose al 30-35%, donde su sabor intenso puede llegar a ser desagradable si no se mitiga con una cuidadosa selección de las otras hojas. Un cuidado especial se debe tomar al mezclarse con los tabacos más delicados para evitar esa dominación sensorial, donde los sabores de especias y acres del Latakia consumen gran parte de la atención del fumador, dejando poco espacio por la sutileza. Una consideración adicional merece el contenido de nicotina, el Latakia Siriano es un tabaco más fuerte que los demás y demasiado en una mezcla puede crear una verdadera sensación de brazos caídos al fumar.

El Latakia Siriano posee un aroma mas intenso pero de alguna manera también más transparente que el Chipriota. Usado con moderación, puede añadir nuevas dimensiones a una mezcla con Orientales con su sabor agudo y directo. Sin embargo, se debe prestar mucha atención al mezclarlo con Virginias. En pequeñas cantidades, puede añadir un brillo agradable a un más oscuro Virginia madurado pero, de nuevo, si se usa demasiado, los resultados pueden ser discordantes. Como cualquier especia, mantenerse en el lado de la precaución es generalmente el enfoque más racional.


Conclusiones


El Latakia es conocido en Siria como Abourihm, el Rey del Sabor, y es fácil intuir como este nombre artístico se produjo. También resumimos que, fuera de balance, este Latakia puede convertirse en un déspota arrogante, encarcelando cualquier otro sabor que se atreva a desafiar su Ley. El mezclador, en calidad de consejero del trono, puede sacar lo mejor que este monarca reinante tiene que ofrecer, sugiriéndole que su gobierno sea amable, justo y equitativo y que no se coloque a si mismo demasiado por encima de sus súbditos leales, que contribuyen cada uno con algo esencial para el Reino.

Ha sido raro, en los últimos tiempos, que a la comunidad de los pipafumadores le ha llegado ninguna noticia verdaderamente importante, especialmente en relación con los tabacos. El supuesto retorno del Latakia Siriano por nuestros lares es como la champaña en una ceremonia de inauguración, aunque no debemos olvidar de hacer los honores a la Reina Soberana de Chipre. Si preferimos el Rey a la Reina, o mejor aún, podemos disfrutar de ambos, cada uno por sus cualidades únicas, entonces alcemos nuestras pipas hacía ambos tronos al grito de ¡Viva el Rey!


Articulo original de: Gregory L. Pease

Traducción: Luigi Alibrando

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